Me encanta empezar con nuevos proyectos creativos, es algo que me apasiona. Pero, simultáneamente, me da demasiada pena cerrar etapas. Siento que el tiempo avanza sin compasión y para mí un nuevo día son 24 horas de creación absoluta. Mientras estaba cenando en Aponiente, disfrutando de los 14 tiempos de una cena maridaje y de la perfección culinaria del Chef Ángel León, vino a mi mente todos los desayunos, almuerzos y cenas que había organizado y asistido en las últimas semanas. Comprendí que amo los universos culinarios. Entonces tenía la idea, la inspiración, pero me faltaba tener un poco más. Con un bocado en la mano y la mirada puesta en el ser que amo, mi corazón tuvo una explosión de alegría. Grité: "SOBREMESA". Vivan las “sobremesas” pero con M de Menta. Entonces, serán “SobreMesas” aquellas que me encantan, las que no tienen fin y acaban en historias, anécdotas, bailes y, quizás, en algo más. Regresé de mi viaje, ya en Lima, empecé a escribir y a investigar el origen y obtuvo tres conclusiones: 1. Las sobremesas tienen un origen griego. Jenofonte o Platón fueron algunos de los filósofos que supieron plasmar mejor que nadie lo que se vivía en un simposio (banquete), para luego pasar a la conversación, filosofía, debate y cuestionamientos. En las sobremesas griegas no estaba permitido la participación de mujeres. Los griegos dotaban a esta práctica de una placentera atmósfera en donde se bebía, se escuchaba o tocaba música, se hablaba y se fornicaba a voluntad; pero lejos de la opulencia surrealista de algunos de los célebres banquetes romanos que, hoy en día, podríamos equiparar con las fiestas más suntuosas y polémicas. 2. La palabra "sobremesa" no tiene traducción a otro idioma, es una palabra en español. Busqué la forma de decirla en inglés y encontré algunas referencias: "to have an after-dinner conversation, to have an after-dinner chat, to have a post-dinner conversation, to have a post-dinner chat". 3. Investigar es algo que me apasiona. Creo que podría haber estudiado antropología o quizás ser detective. Empecé a buscar películas, fotos, escenas, libros con mucho detalle de grandes sobremesas de las cuales hemos sido testigo. Aquí las comparto contigo. Tres escenas de las mejores sobremesas en el cine:
y este libro maravilloso que todo anfitrión debe leer para una excelente sobremesa:
Me ha costado mucho llegar a tener un ejemplar. Creo que he comprado el último que estaba disponible. En estas páginas, Marisa cuenta anécdotas, recetas, costumbres y me ha llenado de mucha inspiración. Gracias Marisa. Pronto te contaré más sobre esta nueva muestra.
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